Hasta el momento, están en desarrollo diferentes métodos para engañar al cerebro masculino y hacer que deje de producir esperma. Sin embargo, todos ellos se basan en inyecciones, implantes o incluso en tapones.
El tratamiento que desarrolla actualmente este grupo de científicos busca detener la eyaculación mediante la inhabilitación del músculo que expulsa el semen del pene.
De hecho, este efecto ya se ha observado en individuos que toman medicamentos contra la esquizofrenia o la tensión alta, pero con el incoveninente de que también experimentan vértigo o somnolencia.
A partir de estos medicamentos, se han identificado los agentes químicos que provocan el mismo efecto, y se está experimentando con animales, para pasar después a probarlo con humanos.
Una píldora antes de cada vez
Los investigadores prevén que el anticonceptivo se pueda administrar en forma de píldora, similar a la que usan las mujeres, que cualquiera podría tomar a diario o unas horas antes del acto sexual.
A diferencia de ellas, el hombre que las tomara podría recuperar su fertilidad al día siguiente, pues el medicamento no está compuesto de hormonas.
"Para las mujeres, sería otra forma de liberación", ha declarado Rebecca Findlay, de la Asociación de Planificación familiar de Reino Unido.
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